Puestos a filosofar, es lógico que así sea: nuestros paladares evolucionan, aprendemos a apreciar ingredientes nuevos y descubrimos sabores y fusiones... Sobre todo, cambiamos también como personas, y las emociones también se van ajustando y reconstruyendo. ¿Por qué tendemos, entonces, a creer que "ese" sabor o "ese" plato va a estar ahí siempre? He ahí la parte de la decepción. Esto puede no ser especialmente traumático. Más bien, es urgente que no lo sea, sobre todo porque ya habíamos acordado que nuestra vida era un proceso y que no podíamos ser iguales ni sentir las mismas cosas que ayer, que hace un año o que hace 20.
Pilar y Tomás se dejan llevar en este primer plato por esas situaciones en las que solemos idealizar sabores y olores, pero luego la realidad nos confirma lo que ya sabemos: vivimos en el cambio constante. Disfruta con este episodio donde no podían faltar las risas, las anécdotas y la filosofía hecha en casa que traemos siempre como ingrediente a tu podcast favorito: Gastronostalgia.
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