A veces es muy difícil transmitir una sensación a través de las palabras: o sobran o no son suficientes para que la imagen en la persona que recibe el mensaje sea igual a la quien lo emite. ¿Qué es una pizca de sal? ¿Cuánta agua es "lo que te pida"?
Hay muchas cosas que se descubren por instinto, que es algo innato pero que también se desarrolla y crece junto con la experiencia. ¿Es quizás el formato visual la respuesta? Muchas veces sí, pero otras no. Porque la textura de una masa, por ejemplo, no es algo que sea fácil mostrar, porque si bien tiene que ver con el tacto y con la forma en la que se funde con los dedos, tiene una gran parte de sensación, de una experiencia personal que dependerá de la propia vivencia.
¿Cómo solventar esto? Por parte de quien comparte la receta, tratando de recurrir a las mejores palabras o frases para transmitir esa sensación. Y por parte de quien la prepara, una apertura mental para intentar comprender y mucha paciencia, para repetir y aprender.
El tiempo de cocción o de horneado, los ingredientes, las cantidades... ¡Todos los elementos de una receta pueden alterar el resultado! Incluso la temperatura ambiente o la humedad influyen. Escucha este episodio en el que Pilar y Tomás filosofan alrededor de este concepto. ¡Y no te olvides de enviarnos tus comentarios!
Publicar un comentario